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Introducción

Las aguas residuales, a menudo denominadas aguas negras o efluentes, contienen diversos contaminantes que pueden dañar el medio ambiente y la salud humana. El tratamiento adecuado de depuración de  aguas residuales es crucial para garantizar su depuración antes de que vuelvan a entrar en el ciclo natural del agua. En este artículo hablaremos de las distintas técnicas, procesos y ventajas del tratamiento de las aguas residuales.

Aguas residuales

1. Tratamiento primario:

El primer paso en el tratamiento de las aguas residuales se conoce como tratamiento primario. Implica la eliminación física de materiales sólidos, como residuos y partículas grandes, de las aguas residuales. El tratamiento primario suele incluir procesos como el cribado, la sedimentación y la flotación. Mediante estos procesos, se clarifican las aguas residuales y se separan los materiales sólidos.

2. Tratamiento secundario:

Después del tratamiento primario, las aguas residuales se someten a un tratamiento secundario para eliminar la materia orgánica disuelta y los contaminantes biodegradables. Este proceso utiliza microorganismos beneficiosos para descomponer los materiales orgánicos presentes en las aguas residuales. Entre los métodos habituales de tratamiento secundario se encuentran el proceso de fangos activados, los filtros percoladores y los contactores biológicos rotativos.

Beneficios del tratamiento secundario: El tratamiento secundario no sólo depura las aguas residuales, sino que también tiene otras ventajas. En primer lugar, reduce significativamente la demanda bioquímica de oxígeno (DBO) de las aguas residuales, lo que las hace menos perjudiciales para la vida acuática cuando se vierten en ríos u océanos. En segundo lugar, elimina los olores y colores desagradables de las aguas residuales, mejorando sus cualidades estéticas. Por último, el tratamiento secundario puede producir lodos que pueden tratarse por separado y utilizarse para fines beneficiosos, como la producción de fertilizantes o energía.

3. Tratamiento terciario:

Para una mayor depuración, algunas plantas de tratamiento de aguas residuales emplean métodos de tratamiento terciario. El tratamiento terciario se centra en la eliminación de nutrientes, patógenos y otros contaminantes restantes que no se eliminaron completamente durante las etapas de tratamiento primario y secundario. Entre las técnicas habituales de tratamiento terciario están la filtración con arena, la desinfección y los procesos de oxidación avanzada.

Beneficios del tratamiento terciario: El tratamiento terciario es crucial para garantizar la máxima calidad de las aguas residuales tratadas. Al eliminar los contaminantes restantes, proporciona una protección adicional tanto a la salud humana como al medio ambiente. El tratamiento terciario también puede facilitar la reutilización del agua para el riego, los procesos industriales o incluso para beber directamente, conservando así los valiosos recursos de agua dulce.

Tecnologías avanzadas de tratamiento de Aguas residuales:

Además de los métodos de tratamiento convencionales mencionados anteriormente, han surgido varias tecnologías innovadoras para mejorar el tratamiento de las aguas residuales. Estas tecnologías avanzadas de tratamiento incluyen la filtración por membrana, la ósmosis inversa y la desinfección ultravioleta (UV). Son muy eficaces para eliminar las partículas en suspensión, las sales e incluso las trazas de contaminantes orgánicos presentes en las aguas residuales tras los tratamientos primario, secundario y terciario.

Purificación del agua

Beneficios del tratamiento de aguas residuales:

El tratamiento de aguas residuales ofrece numerosos beneficios tanto para el medio ambiente como para la sociedad en su conjunto. Exploremos algunas de las principales ventajas:

Protección del medio ambiente:

Al tratar las aguas residuales antes de su vertido, protegemos las masas de agua naturales de la contaminación. Esto no sólo preserva los ecosistemas acuáticos, sino que también mantiene el equilibrio de todo el ecosistema que depende de estos recursos hídricos.

Prevención de enfermedades:

El tratamiento y la desinfección adecuados de las aguas residuales desempeñan un papel crucial en la prevención de la propagación de enfermedades e infecciones transmitidas por el agua. Al eliminar bacterias, virus y parásitos nocivos, las aguas residuales tratadas son seguras para diversos usos.

Conservación de recursos:

Las plantas de tratamiento de aguas residuales pueden recuperar recursos valiosos durante el proceso de tratamiento. Por ejemplo, el gas metano generado por la digestión anaerobia de los lodos puede aprovecharse y utilizarse como fuente de energía renovable.

Gestión sostenible del agua:

Las aguas residuales eficientes y bien tratadas pueden utilizarse para fines no potables, reduciendo la demanda de fuentes de agua dulce. Esta práctica sostenible ayuda a conservar el agua y garantiza su disponibilidad para las necesidades esenciales.

Cumplimiento de la normativa:

El tratamiento de las aguas residuales suele ser obligatorio para cumplir la normativa medioambiental y proteger la salud pública. Las industrias y los municipios deben cumplir normas específicas de calidad de los efluentes para evitar repercusiones legales.

Conclusión:

El tratamiento de las aguas residuales es un proceso esencial que salvaguarda tanto la salud humana como el medio ambiente. Mediante la aplicación de diversas técnicas de tratamiento, como los tratamientos primario, secundario y terciario, podemos eliminar eficazmente los contaminantes, optimizar la reutilización del agua y conservar recursos valiosos. Invertir en infraestructuras de tratamiento de las aguas residuales es crucial para construir comunidades sostenibles y salvaguardar nuestros recursos hídricos para las generaciones futuras.

 

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